18 junio 2011

El Destino y el Decreto Divino.

El Destino y el Decreto Divino.



Creencia.
Nosotros creemos en el destino, ya sea bueno o malo, el cual Alláh ha medido y ordenado para todas las criaturas de acuerdo a su previo conocimiento y como juzgado adecuado por Su sabiduría.
Niveles de Creencia.
La creencia en el Destino tiene cuatro niveles:

1) Conocimiento: Nosotros creemos que Alláh, que Él sea Exaltado, sabe todo. Él sabe todo lo que ha sucedido y todo lo que sucederá y cómo sucederá. Su conocimiento es terno. Él no adquiere nuevo conocimiento ni olvida lo que sabe.

2) Registro: Nosotros creemos que Alláh ha registrado en la tabla segura (Al Lowh al Mahfuz) cualquier cosa que vaya a suceder hasta el Día del Juicio. “¿No sabían que Alláh conoce todo lo que está en el cielo y en la tierra? Seguramente que está en un libro. Seguramente que para Alláh es un asunto fácil” (22:70).


3) Voluntad: Nosotros creemos que Alláh ha deseado todo en el cielo y la tierra. Nada sucede excepto por Su Voluntad. Cualquier cosa que Él desea, tendrá lugar, y cualquier cosa que Él no desea, no sucederá.


4) Creación: Nosotros creemos que “Alláh es el Creador de todas las cosas, Él es el guardián sobre todas las cosas, y a Él pertenecen las llaves de los cielos y la tierra” (39:62-63). Este nivel incluye cualquier cosa que Alláh Mismo hace y cualquiera de Sus criaturas. Así, cada dicho, hecho u omisión de la gente es sabido por Alláh, Quien los ha registrado, deseado y creado: “Para aquellos de entre ustedes quienes deseen ser rectos. Pero ustedes no desearán excepto como Alláh desea, el Señor de los Mundos” (81:28-29); “Y Alláh hubiera deseado que ellos no hubieran peleado uno contra otro, pero Alláh hace cualquier cosa que Él desea” (37:96).
El Libre Albedrío del Hombre.
Nosotros creemos, de cualquier forma, que Alláh ha garantizado al hombre un poder y un libre albedrío por el cual él lleva a cabo sus acciones. Que los hechos del hombre son hechos por su poder y libre albedrío puede ser probado por los siguientes puntos:
1) Alláh dice: “Así que aproxímense a sus campos (esposas) cuando y como ustedes deseen” (2:223); y “Ellos hubieran deseado ir adelante, ellos hubieran hecho alguna preparación para ello” (9:46). En estos versos, Alláh afirmó para el hombre un “adelantarse” y “una preparación” por su deseo.

2) Dirigir a un hombre para hacer o no hacer: Si un hombre no tiene libre albedrío y poder, estas direcciones significan que Alláh está pidiendo al hombre que haga aquello que no puede hacer. Esta proposición es rechazada por la Sabiduría, la Misericordia y la Declaración veraz de Alláh: “Alláh no carga a una alma más allá de su capacidad” (2:286).

3) Alabar a los virtuosos por sus hechos y culpar a los malhechores por sus acciones y recompensar a cada uno de ellos con lo que merece. Si la acción no es hecha por el libre albedrío, entonces el alabar al virtuoso es una broma y el castigar al malhechor es una injusticia; y Alláh está, por supuesto, lejos de la broma y de ser injusto.

4) Alláh ha enviado Mensajeros quienes están “trayendo buenas noticias, y advirtiendo, para que así la humanidad no pueda tener argumento contra Alláh después de los Mensajeros” (4:165). Si las acciones individuales no son llevadas a cabo por su libre albedrío, su argumento no es válido por el envío de Mensajeros.

5) Cada hacedor de acciones siente que hace o no hace una cosa sin coerción. Se levanta y se sienta, entra y sale, viaja y se queda por su propio libre albedrío sin sentir que nadie lo fuerza para hacer alguna de estas acciones. De hecho, él claramente distingue entre hacer algo de su propio libre albedrío y alguien más forzándolo a hacer aquella acción. La Ley Islámica también sabiamente distingue entre estos estados de los asuntos. No castiga a un malhechor por una acción hecha bajo compulsión.

No hay excusa para los Pecadores.

Nosotros creemos que el pecador no tiene excusa en el Decreto Divino de Alláh, porque él comete su pecado por su libre albedrío, sin saber lo que Alláh ha decretado para él, porque nadie conoce el decreto de Alláh antes de que tenga lugar: “Ninguna alma conoce lo que ganará mañana” (31:34) ¿Cómo puede ser posible entonces, presentar una excusa que no es conocida para la persona quien la está anteponiendo cuando comete su ofensa? Alláh invalidó este tipo de argumento diciendo: “Los idólatras dirán: “Si Alláh hubiera deseado, no hubiéramos sido idólatras, ni nuestros padres, ni hubiéramos tenido nada prohibido”. Así que la gente antes de ellos lloró lágrimas hasta que ellos probaron Nuestro poder. Di: ¿Tienen ustedes alguna prueba que puedan mostrarnos? Ustedes no siguen sino la asunción y están mintiendo” ” (6:148). Nosotros decimos al pecador quien está usando el Decreto Divino como una excusa: ¿Por qué no llevaste a cabo hechos de obediencia, asumiendo que Alláh los ha decretado sobre ti, desde que tú no conoces la diferencia entre los buenos hechos y los pecados? Esto es el por qué, cuando el Profeta Muhammad dijo a sus Compañeros que la posición de cada uno en el Paraíso o en el Infierno ya ha sido asignada, ellos dijeron: “¿No deberíamos depender de esto y dejar de trabajar?”. Él dijo: “No, trabajen y cada uno será dirigido hacia lo que es creado para él” (Bukhari y Muslim).
Nosotros decimos al pecador quien está tratando de encontrar una excusa en el Decreto Divino: “Supón que quieres viajar a Makkah. Hay dos caminos que pueden llevarte allá. Te es dicho por una persona veraz que uno de estos caminos es peligroso y difícil, el otro es fácil y seguro. Tú tomarás el segundo camino. Tú no tomarás el primero y dirás “está decretado sobre mí”. Si lo hicieras la gente te consideraría loco”.
Nosotros también podemos decirle: “Si te ofrecieran dos trabajos, uno el cual tiene un salario más alto, tu ciertamente tomarías aquel con el salario más alto. ¿Por qué escogerías lo que es más bajo en el Mas Alláh y usarías el Decreto Divino como una excusa?”.
Nosotros podemos aún decirle: “Nosotros vemos que cuando tú eres afligido con una enfermedad, tocas a la puerta de cada médico buscando tratamiento y soportando cualquier dolor que pueda resultar de las operaciones de cirugía y la amargura de la medicina. ¿Por qué no haces lo mismo cuando tu corazón está enfermo espiritualmente con los pecados?”.
La maldad no es atribuible a Alláh.
Nosotros creemos que la maldad no debería ser atribuida a Alláh, debido a Su perfecta Misericordia y Sabiduría. El Profeta dijo: “Y la maldad no es atribuida a Ti” (Muslim). Así, el Decreto de Alláh por sí mismo no tiene ningún mal, porque está viniendo de la Misericordia  la Sabiduría. La maldad puede, de cualquier forma, resultar de alguno de Sus decretos, porque el Profeta dijo en la suplicación por Gunut aquello lo cual él pensó para al-Hasan: “Y protégenos de la maldad de lo que Tú has creado” (Tirmidi y otros). Aquí el Profeta atribuyó la maldad alo que Él decretó. A pesar de esto la maldad en Su decreto no es maldad pura. Más bien es maldad en un aspecto y bien en otro, o es maldad en un caso y bien en otro. Así, la corrupción en la tierra resultante de la sequía, la enfermedad, la pobreza y el miedo es maldad; pero ello es bueno en otro aspecto. Alláh, el Exaltado dijo: “La corrupción ha aparecido en la tierra y en el mar por lo que las manos de los hombres han ganado. Alláh ha ordenado esto para los hombres para que así ellos puedan probar algo de lo que ellos han hecho, en orden de que ellos puedan tornarse atrás (de la maldad)” (30:41) cortar la mano del ladrón o lapidar al adúltero es una cosa malvada para el ladrón y el adúltero, pero es bueno para ellos en un aspecto, porque ello es una purificación para ellos, para que así el castigo de esta vida y el del Más Alláh no sean combinados para ellos. Estos castigos son buenos en otro aspecto: su aplicación protege la propiedad, el honor y las relaciones.

Por: el Sheik Muhammad As Salih Al-Uthaymin
Traducido (del árabe al inglés) por: el Dr. Maneh Hamad Al-Yohani
Traducido (del inglés al español) por: Musa Abdullah Reyes H.

No hay comentarios:

Publicar un comentario