28 julio 2010

Difundir las buenas nuevas del Ramadán

Difundir las buenas nuevas del Ramadán


Abu Huraira reportó que el Mensajero de Alláh (sallallahu alayhi wasallam) dijo: 


“EL Ramadán ha venido a ustedes, un mes bendito. Alláh ha hecho sobre ustedes su ayuno. En él, las puertas del cielo están abiertas, las puertas del infierno están cerradas y los malvados demonios están encadenados. A Alláh le pertenece una noche en ello, la cual es mejor que mil meses. Quienquiera que es prevenido de su bien, entonces él ha estado privado”[1].




Este hadith es una feliz noticia para los rectos sirvientes de Alláh, de la venida del mes bendito de Ramadán. 


El Profeta (sallallahu alayhi wasallam) informó a sus Compañeros de su venida y ello no era solamente una simple tanda de noticias. Además, su intento fue darles a ellos las felices noticias de un tiempo magnificente del año, para que la gente recta quienes son rápidos en actuar pueda darle su debida estimación. Esto es porque el Profeta (sallallahu alayhi wasallam) explicó en ello (el Hadith) que Alláh ha preparado para Sus sirvientes de las vías hacia ganar el perdón y Su contento, y hay muchas maneras. Así que quienquiera que tiene el perdón de él durante el mes de Ramadán, entonces él ha sido privado con la más alta privación.


De los más grandes favores y generosidades que Alláh ha conferido sobre Sus sirvientes es que Él ha preparado para sus ocasiones meritorias para que ellas puedan ser de provecho para aquellos quienes Lo obedecen y una carrera para aquellos quienes se apresuran para competir (por buenos hechos). 


Estas ocasiones meritorias son tiempos para cumplir las esperanzas por esforzarse en la obediencia y el resarcimiento de faltas y deficiencias por la auto rectificación y arrepentimiento. No hay una sola ocasión de estos tiempos virtuosos, excepto que Alláh ha asignado en ello trabajos de obediencia, por los cuales uno puede acercarse a Él. Y Alláh posee las más bellas cosas como regalos, los cuales Él confiere sobre quienquiera que Él desea por Su Gracia y Misericordia.


Así que aquel quien logra la verdadera felicidad es aquel quien toma ventaja de estos virtuosos meses, días y horas y se acerca a Su Guardián en ellos, al hacer lo que es prescrito en ellos de los actos de obediencia.


Así, tal vez, él será mostrado con una de las muchas bendiciones de aquellas ocasiones y ser ayudado por ello, con una asistencia que lo salva del Fuego y lo que contiene, tal como su ardiente calor. [2]


Ser capaz de alcanzar el Ramadán es una generosidad magnificente en sí misma, conferida sobre aquel quien lo alcanza y se levanta para esta ocasión, al pararse en oración durante su noche y ayunando durante su día. En ello, él retorna a Su Protector, (deja) de desobedecerlo a Él para obedecerlo a Él, (deja) de ser negligente con Él para recordarlo a Él, (deja) de permanecer distante de Él para volverse hacia Él en arrepentimiento sumiso.


Un musulmán debe estar consiente de esta generosidad y reconocer su magnitud. Porque efectivamente, mucha gente es prevenida de ayunar, aún porque ellos se mueran antes de lograrlo, o porque ellos no sean capaces de observarlo o porque ellos se opongan y se alejen de ello. 


Así, aquel quien ayuna debe dar alabanzas a su Señor por esta generosidad y debería dar la bienvenida a este mes con alegría y deleite que un tiempo magnificente del año fuera de todas las ocasiones para llevar a cabo la obediencia es bienvenido. Él debería esforzarse a sí mismo profundamente en hacer buenos actos. Y debería invocar a Alláh para garantizar su ayuno t el estar parado en la oración de la noche y que Él le provea con seriedad, entusiasmo, fuerza y energía en ese mes. Y que Él lo despierte del sueño descuidado para que pueda tomar ventaja de estos virtuosos tiempos de bien.


Es desafortunado encontrar que mucha gente no conoce el valor de esta virtuosa ocasión, ni consideran que sea sagrado. Así que el mes de Ramadán no se vuelve más un tiempo significativo para la obediencia, la adoración, recitar el Corán, dar caridad y hacer recordatorio de Alláh. Además, para alguna gente, se vuelve un tiempo significativo para diversificar sus comidas y bebidas y para preparar diferentes tipos de platillos antes de que el mes comience.


Alguna otra gente no sabe del Ramadán, excepto como un mes de somnolencia y constantes y recurrentes reuniones mientras se duerme por el día. Esto es para el punto que algunos de entre ellos duermen hasta pasado el tiempo de las oraciones obligatorias; así, no rezándolas en congregación o en sus propios tiempos. 


Otra gente no conoce el Ramadán, excepto como un tiempo significativo para conducir asuntos mundanos, no como un tiempo significativo para conducir asuntos para el Más Allá. Así ellos trabajan afanosamente en ello, comprando y vendiendo, y ellos se quedan en las áreas de compras, consecuentemente abandonando los Masyids. Y cuando ellos rezan con la gente, lo hacen en una forma apresurada. Esto es porque ellos encuentran su placer en los lugares de compras. Este es el alcance que las nociones y puntos de vista (del Ramadán) han sido cambiados. 


Algunos de los Salaf acostumbran decir: 


“Efectivamente Alláh, el Más Alto, ha hecho el mes de Ramadán como una competencia para sus criaturas, en el cual ellos pueden competir con otro para Su placer, al obedecerlo. Así, un grupo viene primero y así es que prosperan y otro grupo viene al último y así es que fallan”. [3]


También, el individuo no sabe si este es quizá el último Ramadán que verá en su vida, si él la completa. Cuántos hombres, mujeres y niños han ayunado con nosotros el año pasado, y ahora yacen enterrados en las profundidades de la tierra, dependiendo de sus buenos actos. Y ellos esperaban ayunar muchos más Ramadanes. De forma similar, todos nosotros deberíamos seguir su vía. Por lo tanto, es sobre el musulmán el alegrarse de esta ocasión magnificente para la obediencia. Y no debería renunciar a ello, sino en su lugar ocuparse a sí mismo con lo que lo beneficiará y lo que le causará su efecto para quedarse. Para qué más es ello, excepto los días numerados, los cuales son ayunados en sucesión y los cuales terminan rápidamente.


Que Alláh nos haga, tanto como a ustedes, de entre aquellos quienes están más avanzados en mantenerse en los buenos hechos.


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[1] Este Hadith es reportado por Ahmad y An-Nasai. Ver la revisión de Ahmad Shakir del musnad (no.7180) y Sahih At-Targhib wa Tarhib de Al-Albani (1490), tanto como Tamam-ul-Manah 3.


[2] Estas son las palabras de Ibn Rajab Lataa if-ul-Maarif, página 8.


[3] Lataa if-ul-Maarif de Ibn Rajab, página 246.


Autor: Abdullah Ibn Salih Al-Fawzan.
Fuente: Ahadith As-Siyam: Ahkam wa Adab (páginas 13-15).
Traducido por: Musa Abdullah Reyes para http://www.islammexico.net










13 julio 2010

¿Qué es el Islam?

¿Qué es el Islam?



Esto es el Islam

Selección de una lectura por

El Sheij Saleh bin ‘Abdul ‘Aziz 'Ala ash-Sheij (Que Allah lo preserve)


Traducido del inglés al español por Abu Uthman Hernán Al Ekuadoree

Todos los mensajeros de Allah (que la paz y bendiciones de Allah estén con ellos) observaron el principio fundamental del Islam, es decir, la sumisión completa a Allah, que se puede resumir en la realización del Shahaadah (la declaración de la fe): “No hay nada ni nadie que se merece adoración sino Allah y Muhammad es Su Mensajero.” Esta declaración de fe representa el monoteísmo puro.

El significado de la primera parte del Shahaadah es que nada ni nadie se merece adoración en el dominio de Allah salvo Allah, y cualquier cosa o quienquiera que sea adorado al lado de Él es una deidad falsa.

Allah dice:


“Eso es porque Allah es la Verdad y lo que invocáis aparte de Él es lo falso….” (Sura al-Hajj versículo 62)

El significado de la segunda parte del Shahaadah es testificar y declarar en palabras y obras que Muhammad, el hijo de Abdullah, quien perteneció a la familia de Hashim, cual fue la tribu más noble entre los Quraish de la raza árabe, es ciertamente el último de los mensajeros de Allah (que la paz y bendiciones de Allah estén con ellos), y que fue enviado por su Señor con la verdad para todo ser humano como un portador de buenas noticias y un asesor, y que él debe ser obedecido en lo que él ordeno y prohibió, y que Allah solamente debe ser adorado por lo que Él mismo legisló, y no por capricho, deseos, e innovaciones en la religión.

El Islam es un conjunto de creencias que pueden ser realizadas en las seis pilares de la fe, es decir, la creencia en Allah, Sus Ángeles, Sus Libros, Sus Mensajeros, el último día, y el decreto divino, lo bueno y lo malo.

Allah el Todopoderoso dice:

“El Mensajero cree en lo que se le ha hecho descender procedente de su Señor y los creyentes (con él). Todos creen en Allah, en Sus ángeles, en Sus libros y en Sus mensajeros: "No aceptamos a unos mensajeros y negamos a otros". Y dicen: Oímos y obedecemos, (danos) Tu perdón Señor nuestro, y hacia Ti es el retorno.” (Sura al-Baqara versículo 285)

Él también dice:

“Todo lo hemos creado con medida.” (Sura al-Qamar versículo 49)


La creencia en Allah significa la convicción de que Él es el único Dios verdadero y que Él es Uno y no tiene asociados. Él es el único Señor que maneja los asuntos del universo, y el Único Dios verdadero que se merece adoración sin cualquier asociado, y tiene los más bellos nombres y los más elevados y perfecto atributos que no son asimilables a ninguna de Su creación aunque algunos de los atributos pueden ser compartidos entre el Creador y la creación [1], pues no hay nada como Él.


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Notas de traductor:

[1] Lo que significa “aunque algunos de los atributos pueden ser compartidos entre el Creador y la creación” se encuentra en el ejemplo del atributo de Allah, Ar-Rahim.

Narrado por Abu Hurairah: “He oído al Mensajero de Allah decir, ‘Allah a dividido la misericordia (Ar- Rahma) en cien partes y mantuvo noventa y nueve partes con Él y envió una parte a la tierra, y por eso, es parte solamente, Sus creaciones son misericordiosos con cada uno, de manera que incluso la yegua eleva sus cascos lejos de su bebé para que no le pisotee a él.’” (Sahih al-Bukhari, Libro 73,Hadiz #29)

Adicionalmente, el Sheij Muhammad bin Salih al-Uthaimin (que Allah le tenga misericordia) dijo en Sharhu Thalathatul Usool (la explicación de los tres principios) que: “Ar-Rahim (el que muestra misericordia) es un nombre que se aplica a Allah, el Todopoderoso y Majestuoso, y un término que puede ser aplicado a otros también con limitaciones. Significa aquel que es misericordioso con otros.


(Entonces) Ar-Rahman es el que tiene gran y extensa misericordia, y Ar-Rahim es el que proporciona la misericordia a los demás (i.e., aquel que tiene misericordia con ellos).”


Basado en este entendimiento, Rahim (aquel que tiene misericordia con los demás) es un atributo queAllah le concedió al ser humano como una bendición e igualmente es un atributo que compartimos por Su voluntad pero se debe entender claramente que no es igual a la misericordia de Allah porque Él es el Más Misericordioso y Su creación simplemente tiene una fracción de esa misericordia y nunca podremos llegar a tener misericordia como Allah.